Translate

martes, 27 de octubre de 2015

THE TUBE (o el Metro de Londres)



         En Adagio en primavera, cuando el señor Holstead viaja a Londres en busca de su hijo, queda impresionado ante el metro de Londres.

      Tras la primera Revolución Industrial, gran parte de la población rural se desplazó hacia las ciudades en busca de trabajo y mejores condiciones de vida y eso hizo que comenzara una superpoblación urbana. Las ciudades crecieron y, en concreto, Londres, se convirtió en una de las más pobladas del mundo. Los problemas de logística, comunicación y congestión inundaron Londres y su periferia. Ese fue el motivo por el cual, a mediados del siglo XIX, y aprovechando unas obras en la ciudad, Charles Preston decidiera apostar por la construcción de accesos subterráneos al centro de la ciudad.




      En 1851, con la celebración de la Gran Exposición, se materializa el proyecto con la construcción de la primera línea, conocida como la North Metropolitan Railway. En principio, el diseño de la red constaba de una especie de cabinas atmosféricas impulsadas por aire comprimido y por las vías circulaban locomotoras de vapor. La autorización para su construcción no se logró hasta 1854 y, una serie de retrasos, debido a problemas financieros y de otra índole, hicieron que no se inaugurara hasta el 10 de enero de 1863. Este día, el metro fue usado por cuarenta mil pasajeros y la frecuencia de los trenes era de diez minutos. 

     La primera sección del metro realizaba inicialmente un trayecto entre Paddington (Bishop’s Bridge) y Farringdon Street, una estación temporal cerca de la que actualmente se encuentra en Farringdon. 

    La técnica utilizada se llamó cut and cover y permitía escavar túneles en un primer nivel de profundidad. Se excavaba una zanja en todo el recorrido planeado para la vía y después se cubría el túnel con un techo de vigas de acero o algún otro tipo de material. No fue hasta el siglo XX donde, con técnicas más avanzadas, lograron excavarse túneles a mayor profundidad. 






     La línea fue ampliada en repetidas ocasiones y, en 1880, ya la usaban hasta cuarenta millones de pasajeros al año. En 1884 se finalizó la línea conocida actualmente como Circle Line (Inner Circle por entonces).

    El metro, en Londres, enseguida adoptó el apodo de El tubo, aunque en realidad, las originales “tuve” eran las circulares de una sola vía. Sin embargo, el nombre enseguida se extendió a todo el circuito del metro.



    En 1905, la mayoría de las vías fueron electrificadas y las locomotoras, sustituidas por trenes eléctricos. 

     Hoy en día, existen 274 estaciones, muchas de ellas han cambiado de nombre y cuarenta han sido abandonadas o reubicadas a lo largo de sus cuatrocientos ocho kilómetros de vía, aunque no todas bajo tierra. Algunas han desaparecido y otras están casi intactas y el transporte underground transporta más de tres millones de pasajeros diarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario