Uno de los temas que se trata en La casa de las flores
muertas es el de la esclavitud. En 1802, Michael Tash está desilusionado con un
Napoleón que había partido de los ideales ilustrados y ahora los estaba
traicionando. Entre otros, el principio de igualdad nada tenía que ver con su
reposición de la esclavitud.
Antes de la Revolución Francesa,
Marqués Pombal había abolido la esclavitud en Portugal y en las colonias de la
India en 1761, pero no en las colonias portuguesas de América.
Francia,
en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en 1794, declaró
la abolición de la esclavitud, pero en el Nuevo Continente ya habían comenzado revueltas
en distintos lugares, aunque solo triunfó en Saint-Domingue en 1791. No era la
primera vez que los esclavos se rebelaban, pero esta vez, encabezados por
Toussaint Louverture y Jean-Jacques Dessalines, y apoyados por los hougan (hechiceros
o sacerdotes vudús), los esclavos tomaron las armas y se levantaron contra los
franceses hasta conseguir la victoria.
Aunque
el gobierno francés de 1792 les concedió la ciudadanía a aquellos hombres de
color, la libertad estaría más lejos de lo que esperaban. Tal pronunciamiento
generó una oposición en los blancos burgueses y blancos artesanos de la isla,
quienes tuvieron que aceptar, en 1794, la decisión de la abolición de la
esclavitud en las colonias francesas.
El general
negro Toussaint Louverture, que durante las guerras entre Gran Bretaña, España
y Francia participó en los bandos españoles y luego en los franceses con el fin
de expulsar a los británicos de la isla, vio su objetivo de libertar a los
esclavos cada vez más lejano. Tras varias batallas y estrategias militares para
la expulsión de los británicos de la isla, esto se logró a mediados de 1798.
Pero las hostilidades entre los mulatos y los esclavos continuaron y Napoleón
traicionó sus ideales ilustrados y quiso intervenir para no perder la mano de
obra barata que le reportaban los esclavos. Jean Jacques Dessalines y Henri
Christophe se unieron a Louverture contra las tropas francesas que el Emperador
francés envió en 1802. Pero el ejército enviado desde Francia y comandado por el
general Charles-Victor-Emmanuel Leclerc
reconquistó la isla para los franceses y Louverture fue capturado y en
1802, enviado a Francia y enjuiciado por Napoleón.
Al morir
Louverture en Besanson en 1803, su lugar como general de las tropas rebeldes
esclavistas lo tomó Dessalines, quien derrotó a los franceses en la sangrienta
batalla de Vertieres y proclamó la independencia de Haití el primero de enero
de 1804.
Tras esta derrota, Napoleón lanzó una
campaña militar para exterminar a toda la población negra de sus colonias
americanas de más de 12 años y traer en su lugar nuevos esclavos provenientes
de África, más dóciles y sin la conciencia de que la libertad es posible.
Gran
Bretaña, junto con Portugal, prohibió la trata de esclavos a principios del
siglo XIX, pero no fue hasta 1854 que fue abolida en todas las colonias
británicas y, en 1869, en las portuguesas. Ya sabemos que en las españolas no
ocurriría hasta décadas después.
No
puedo cerrar esta entrada sin recomendar el primer libro que escribió Víctor
Hugo, Bug Jargal, en la que narra el amor de un esclavo negro hacia una
francesa blanca con los levantamientos esclavistas de fondo.
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