A principios del siglo XVIII, Gran Bretaña deseaba una base
naval en el Mediterráneo Occidental y Mahón constituía un extraordinario puerto
naval, por lo que los ingleses decidieron invadir Menorca mientras España
estaba inserta en su Guerra de Sucesión. Tras la Paz de Utrecht, España cedió
la Isla a la Corona británica, que mantuvo sus instituciones y leyes propias,
excepto la Inquisición, que fue abolida. El catalán continuó siendo la lengua
propia.
Richard
Kane, que gobernó la Isla entre 1712 y 1736, creó infraestructuras, mejoró la
agricultura y la economía y acabó con las incursiones piratas llegadas del norte
de África, por lo que hoy en día se guarda un buen recuerdo de él. A su vez,
cambió la capital de Ciudadela a Mahón. Se pasó del monocultivo de trigo a una agricultura
diversificada (verduras, legumbres, viñas), se duplicó el número de vacas, se
multiplicó por diez el de cerdos y las exportaciones de lana crecieron casi
cuatro veces.
Gracias
a esta prosperidad, Menorca pasó de 16.000 habitantes en 1723 a más de 31.000
en 1790.
Entre
1782 y 1798 Menorca estuvo bajo soberanía española, hasta que un ejército
dirigido por el general Stuart desembarcó en la isla y derrotó a la guarnición
española. Eso supuso una nueva dominación británica, pero solo duró
hasta 1802, momento en que, con la Paz de Amiens, Menorca vuelve a estar bajo la Corona española.
En
estos momentos Menorca perdió sus instituciones de autogobierno y se impuso el
centralismo. El catalán dejó de ser lengua oficial a favor del castellano y fue
suprimida la libertad de comercio.
Excelente Jane Kelder
ResponderEliminarMe ha encantado
ResponderEliminarMe ha encantado
ResponderEliminarFantástico Jane, no sabía nada de todo esto, me ha encantado saberlo y ha despertado mucho mi curiosidad por La casa de las flores muertas por supuesto.
ResponderEliminar¡Gracias, Ana, Laura y Natalia!
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