En Adagio en
primavera, el señor Holstead, durante su estancia en Londres, visita el Museo
Británico para observar su colección de insectos exóticos. Esto puede parecer
extraño al lector, pues actualmente, la colección entomológica se encuentra en
el Museo de Historia Natural, también en la capital británica.
Sin embargo, en
1866, año en el que se ubica la acción de la novela, este último museo aún no
existía, por tanto, la colección de insectos se encontraba en unas estancias
del Museo Británico que tiene su origen en 1753, cuando más de ochenta mil
artículos, procedentes de la colección privada de Sir Hans Sloane, fueron
donadas al Estado británico y compradas por el gobierno del propio país en una
subasta por el precio simbólico de veinte mil libra. La colección incluía
cuarenta mil libros, siete mil manuscritos, cuadros de Durero, una colección de
ciencias naturales y medicina y diversas antigüedades de Egipto, Grecia, Roma,
Oriente Medio, Extremo Oriente y América.
Para fundar el
Museo Británico, además se adquirió la biblioteca de Sir Robert Cotton y la del
anticuario Robert Harley.
Su primera
ubicación fue la casa Montagu, una mansión del siglo XVI, y se inauguró al
público en 15 de enero de 1759. Desde su fundación, el museo comenzó a aumentar
su colección a través de donaciones o compras y, aunque en un principio su base
patrimonial estaba formada por documentos y libros, enseguida comenzó a recibir
gran cantidad de objetos antiguos.
El museo empezó a atraer a muchos conservadores e historiadores,
lo que hizo que se empezaran a catalogar y a clasificar todas las piezas que
contenían. El primero de estos catálogos se publicó en 1808. Al mismo tiempo,
comenzó a ser sede del estudio por parte de numerosos investigadores, que
encontraron en sus salas mucha documentación de la biblioteca y piezas únicas
sobre las cuales trabajar.
En 1887, debido a la falta de espacio, trasladaron
toda la colección de piezas naturales al Museo de Historia Natural de Londres,
que no se convirtió en museo propio hasta 1963.
El Museo Británico siempre ha estado abierto, con la excepción
de las dos guerras mundiales, en las que permaneció cerrado por miedo a
posibles daños en sus obras. Se hicieron evacuaciones parciales de obras,
aceleradas durante la Segunda Guerra Mundial, por los daños que produjeron las
bombas sobre el museo durante los bombardeos sobre la ciudad de Londres.
El Museo Británico posee más de siete millones de
objetos que cubren la historia de la cultura humana desde sus orígenes hasta la
actualidad. Muchos de estos artefactos no están expuestos, sino que se
conservan en un subterráneo, ya que el museo no dispone de suficiente espacio.
Muy interesante :) Gracias por explicarlo ^^
ResponderEliminar¡Gracias a ti por leerlo :)!
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